El Plan Marshall
El proyecto que se pondría en marcha
en la primavera de 1948 fue dado a conocer por el general Marshall,
secretario de Estado, en un discurso en la Universidad de Harvard. En
su intervención expresaba la conveniencia de dar un salto
cualitativo en la ayuda americana a Europa, no limitándose a la mera
ayuda subsidiaria, sino tratando de recomponer la misma estructura
económica y financiera de las naciones arruinadas (...)
El propósito del European Recovery
Plan, nombre oficial del Marshall, no podía ser más ambicioso en
sus pretensiones. Trataba de llegar al establecimiento de una
economía europea “sana”, de manera que permitiera la vuelta a
las condiciones políticas y sociales en las cuales “puedan existir
instituciones libres”
La aplicación del Plan tendría, en
efecto, notables consecuencias en la sociedad europea, una de las
cuales fue la marginación de los partidos que aspiraban a un cambio
revolucionario para solucionar los problemas económicos y sociales
del continente.
De otro lado, el conjunto de medidas
económicas y financieras que formaron parte del plan, constituyeron
un momento excepcional en las relaciones históricas entre Europa y
Estados Unidos. En él se mezclarían ideales altruistas, de los que
se hizo partícipe al pueblo americano, con intereses políticos y
grandes beneficios privados menos confesables. El deseo de ayudar a
unas naciones destruidas y asoladas por la guerra y el hambre, corrió
parejo con el intento de crear un clima social estable y próspero
que sirviera de dique de contención a los movimientos comunistas.
La aportación europea
El Plan Marshall fue el catalizador
financiero de la recuperación europea. Asimismo, estableció las
bases de la relación de intercambios y consolidó el poderío
americano en el plano económico al permitir seguir trabajando a la
industria desarrollada durante los años de guerra.
Pero, además de esta aportación
exterior, las economías europeas contaban con otros elementos
imprescindibles para asegurar un rápido avance. El primero de ellos
fue la relativa buena conservación de, la planta industrial anterior
que además había fortalecido su capacidad productiva de forma
espectacular para atender las necesidades bélicas. En el caso de
Alemania y de su cuenca fabril, solamente de un 15 a un 20 por 100
había resultado con daños irreparables. Lo mismo sucedía en otros
países como Francia o Italia. E incluso en Inglaterra, la
conservación fue aún mejor (...) Además de esto, la existencia de
nuevos inventos, innovaciones y aplicaciones productivas
desarrolladas con éxito en los programas de fabricación,
facilitaron el paso a un nuevo sistema industrial con mayor
capacidad. Por otro lado, se renovaría el protagonismo tradicional
de las clases empresariales que habían estado a la cabeza de la
revolución industrial y se crearon iniciativas patronales de nuevo
cuño movilizadas por el aliciente de la financiación americana y
ante las perspectivas de beneficios que presentaba la reconstrucción.
Se dispuso también de abundancia de
mano de obra. En algunos países, por la desmovilización y
desmilitarización general. En otros, como sería el caso alemán
occidental, por la incorporación de los inmigrantes forzosos y
refugiados de otras naciones.
Con la confluencia de estos elementos
favorables, los principales países de la Europa occidental pronto
recuperaron el ritmo de producción, y aunque el viejo continente no
pudo volver a presumir de ser el eje económico y financiero del
planeta, ni de mantener el cetro de la primacía industrial, puede
decirse que la mayoría de los estado realizaron progresos
“milagrosos” en el orden material durante las décadas
posteriores.
- ¿Qué propósitos perseguía el European Recovery Plan?
- ¿Qué significa la expresión “catalizador financiero
de la recuperación europea”?
- ¿Cuáles fueron los factores que explican, según los
autores, el “milagro económico de Europa”?
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